miércoles, 8 de junio de 2011

La Virgen María en los últimos tiempos



El culto a la Virgen María, a la que también llamamos Madre de Dios por solemne definición de Efeso, es una característica propia de La Iglesia Católica. También algunas de las iglesias cismáticas, aparte otras cuestiones que les alejan de la obediencia al Primado, son especialmente fieles a este culto mariano, y en este sentido no se distinguen de los católicos de rito oriental. No es el caso de la mayoría de las iglesias protestantes que suelen omitir la denominación "Virgen" y dicen solamente "la madre de Jesús".

Esta forma de definir de los protestantes merece un pequeño comentario; no porque interese realmente su punto de vista, sino porque el contraste con el Dogma católico nos permitirá ahondar más en él.

Esta denominación "la madre de Jesús" es la que utiliza san Juan en el Evangelio. Este evangelista no la llama por su nombre, pero menciona a María por su condición de madre. Los protestantes, en general y salvo algunas excepciones, admiten la concepción virginal del Verbo en el seno de su Madre María, pero suelen omitir la denominación de "Virgen" al referirse a ella. Ciertamente, por otra parte, a la Madre de Jesús la mencionan raras veces. Esto se debe a una reticencia que mantienen con respecto a los católicos, a los que nos acusan de hacer de ella una especie de "diosa" al estilo de los antiguos paganos. Y es que estos protestantes, al no admitir la autoridad del Primado, y la asistencia del Espíritu Santo, tampoco pueden admitir el progreso doctrinal y dogmático que llamamos Tradición, y que es realmente el cumplimiento de las palabras de Jesús: "... el que a vosotros oye, a Mí me oye; y el que a vosotros rechaza, a Mí me rechaza; pero el que a Mí me rechaza, rechaza al que me ha enviado ..." (Lc 10, 16); "... id pues y enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a observar todo lo que os he mandado. Y estad ciertos que Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos ..." (Mt 28, 19 - 20)
Este progreso doctrinal de la Iglesia, obra del Espíritu Santo, debería servir también para desmentir a los malintencionados que acusan a la Iglesia de estar "anclada en el pasado". Este mentís no sólo se centra en la doctrina mariológica, su alcance es mucho más amplio; podemos también incluir, dentro de la Cristología, la devoción al Sagrado Corazón, a la Divina Misericordia y otras devociones, que también representan un progreso en la Iglesia que Cristo fundó, y a la que transfirió el poder de enseñar y perdonar los pecados.

Veamos ahora brevemente este progreso, en el tema que nos ocupa: el culto a la Virgen María a lo largo de la historia, hasta llegar a nuestro tiempo y, más concretamente, a los tiempos de apostasía que se avecinan.

- La Madre de Jesús:
Los evangelistas nombran a la Virgen de diferente manera, aunque, especialmente en los sinópticos, quedan muy claras, la virginidad, la maternidad y la obra del Espíritu Santo.

"... La concepción de Jesús tuvo lugar de esta manera: Estando desposada María, su madre, con José; y antes de que conviviesen, se halló haber concebido María por obra del Espíritu Santo ..." (Mt 1, 18)

"... fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una Virgen desposada con un varón llamado José, de la casa de David, y el nombre de la Virgen era María ..." (Lc 1, 26 - 27)

"... se celebró una boda en Caná de Galilea. La madre de Jesús estaba entre los invitados ..." (Jn 2, 1)

"... Después bajó a Cafarnaum, con su madre, sus parientes y discípulos permaneciendo allí no muchos días ..." (Jn 2, 12)

"... Como viese Jesús a su Madre y al discípulo que amaba, que estaba allí, dice a su Madre: Mujer he ahí a tu hijo. Después dice al discípulo: He ahí a tu Madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa ..." (Jn 17, 26 - 27)

Estas son las fuentes evangélicas en general, aunque la que más nos interesa a efectos de la consideración de la Virgen como Madre nuestra, e incluso, "Madre de la Iglesia" (Vaticano II) es esta última de san Juan, al pie de la Cruz. En el Nuevo Testamento es nombrada nuevamente como Madre de Jesús en los Hechos de los Apóstoles, tras la Ascensión y a la espera de la venida del Espíritu Santo (Hech. 1, 14). La Biblia tiene otros lugares en los que proféticamente se alude a la Virgen María sin mencionarla. El relato más conocido corresponde al Génesis, al mostrar Dios la enemistad entre la serpiente y la Mujer. El lenguaje es simbólico, pero la afirmación es taxativa: "... yo pondré enemistades entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya: ella aplastará tu cabeza y tú acecharás su calcañar ..." (Gen 3, 15).

Aquí la mujer será una descendiente de Eva, no se especifica más, pero hoy sabemos, gracias a este progreso doctrinal que el Espíritu Santo promueve en la Iglesia Católica, que esta Mujer, preservada del pecado original por una gracia extraordinaria, sería la Madre del Mesías. Y esta "predestinación" estuvo en la voluntad de Dios desde la eternidad.

- Los Atributos definidos por la Iglesia Católica:

Así vemos la función de María en el advenimiento de Cristo en humildad, para redimirnos del pecado, y hasta aquí no suele haber mucha controversia, al menos entre los creyentes. Pero Dios tenía previsto para ella otra misión, igual de excelsa, pero más gloriosa si cabe. Esta visión gloriosa de María se atisba ya en toda la devoción popular en el mundo entero. Tenemos imágenes y advocaciones de la Madre de Dios tan diferentes como diferentes son las personas que las veneran. A veces se hace incluso difícil reconocer en estas imágenes, llenas de mantos y adornos, a la figura humana de María, la que contemplamos en la humildad de Nazaret, o las tremendas de la Pasión que al pie de la Cruz recibe de su Hijo el encargo de ser madre nuestra. Pero no importa, Dios mismo lo ha querido así en su Providencia. Las advocaciones populares de la Santísima Virgen acercan a los hombres a Dios de una forma tan profunda que hay que estar verdaderamente ciego para no reconocerlo.

Por su parte, la Iglesia la definió como Madre de Dios, como Inmaculada Concepción, como Asunta en cuerpo y alma, Madre de la Iglesia y ha avalado las advocaciones tales como la del Carmen y otras muchas cuya relación se haría interminable.

- Los últimos tiempos:

Pero la Virgen María, por su pertenencia (como también se admite en San José) al orden Hipostático, es decir la unión de las naturalezas en Cristo, está llamada a participar junto al Cordero del Apocalipsis, al Cristo Triunfante que ha de venir a juzgar a las naciones y a defender a los pecadores de la acusación del "enemigo del género humano".

Esta acción de la Virgen María en su misión maternal sobre todos los hombres, tras las palabras de Jesús en la Cruz, aparece a lo largo de la historia de la Iglesia con todo el esplendor que ya hemos mencionado al referirnos a la infinidad de advocaciones con las que es venerada en todo el mundo. Pero es que además, esta Madre Virgen que por designio de la Providencia dio a luz a Cristo en humildad en Belén, será también ella, glorificada ya sobre todas las criaturas, la que traerá nuevamente al mundo al que ha de venir "en Gloria y Majestad"

San Luis Mª Grignion de Montfort, apóstol incansable de la devoción a la Virgen María, afirmaba en el siglo XVIII, que la devoción a María sería especialmente el auxilio, de los cristianos de los últimos tiempos.

"... 35. María ha producido, por el Espíritu Santo, la mayor obra que se haya producido o que pueda producirse jamás, que es un Dios Hombre, y consiguientemente Ella producirá las mayores cosas que haya en los últimos tiempos. La formación y la educación de los grandes Santos que habrá hacia el fin del mundo, le está reservada; porque sólo esta excelente y milagrosa Virgen puede producir, en unión del Espíritu Santo, cosas grandes, extraordinarias, en la Iglesia de Jesucristo ..."

"... 51. De estas últimas y crueles persecuciones del demonio, que se aumentarán diariamente hasta el reino del Anticristo, debe principalmente entenderse aquella primera y célebre predicción y maldición de Dios, lanzada contra la serpiente en el paraíso terrestre, que aquí es oportuno explicar para gloría de la Santísima Virgen, salvación de sus hijos y confusión de Satanás ..."

de la web: Christus Regnat