martes, 28 de julio de 2009

Patriotismo


Muchos patriotas de toda la vida reniegan de esta España floja y amariconada, que cede sus valores y vende su primogenitura por un plato de lentejas. Tal como están las cosas, es fácil despotricar de la tierra que te vio nacer, incluso maldicen de ella.

Es comprensible. Pero no olvidemos que los patriotas somos los que amamos la España histórica, la que fue y la que deseamos que sea. Aquella en la que reine la justicia y la libertad auténtica. Aquella en la que se respete la vida y la dignidad de las personas.

El utilitarismo que sufrimos hoy en día, el separatismo que se potencia en nuestras tierras, el desprecio por la vida y la decadencia social nos hacen a veces renegar de aquello que más amamos. Sin embargo, como dice P. López, “ni siquiera una situación de enfermedad, decadencia o envilecimiento de la Patria debe menoscabar el patriotismo. Al contrario; en la prueba del dolor del hijo se prueba, a su vez, el auténtico amor de la madre. En una época, como la actual, en que la Patria sufre en su alma y en su cuerpo, los patriotas están obligados a poner en juego su virtud”.

jueves, 23 de julio de 2009

La profanación de la memoria a Santiago Apóstol, Patrón de España


Un interesante artículo publicado en In diebus illis:

Y no me refiero al gesto de asombro con el que posa nuestro amigo "el de la pipa", aquí a la izquierda retratado, mas acompaña a la perfección el tema de la entrada. Expongo la manipulación de la figura de Santiago hijo de Zebedeo, apóstol de Jesucristo por los siglos de los siglos.

Se festejarán este viernes y sábado unos actos, llamémoslos así, para celebrar la memoria de Santiago apóstol. Hasta aquí, bien, pero si ven el enlace, estos actos se parecen mucho aquellos que dicen: Celebremos y busquemos al Jesús histórico frente al Jesús de la Fe, por ejemplo. Pues en este tema tres cuartos de lo mismo, separar a Santiago apóstol, patrón de España, de ese Santiago matamoros que al parecer sería más facha que Don Pelayo, y que se avenía para echar un capote a los pobres españoles (que ¡oh, casulidad! eran cristianos) frente al apostól de España, al evangelizador, a ese hombre con la plenitud del sacerdocio, a ese mártir de Cristo. Santiago miembro eterno de la Iglesia triunfante.

Homenajear a Santiago con música gallega y celta y no con la Santa Misa como sería lo más coherente. Ya que estamos, ¿y por qué no con musica judía? Él era judío ¿o música romana? Él fue un testigo de Cristo bajo el Imperio Romano. Pues no, celta (que supongo yo que los druidas de Astérix y Obélix dejarían por escrito para interpretar una música auténticamente celta). Y gallega, supongo que es porque su cuerpo espera a que sea despertado en Santiago de Compostela, capital del Reino de Galicia.

Se quiere hacer un festejo a Santiago pagano, no cristiano. Fruto coherente de la derecha, por muy nueva que sea esta derecha y se apode de mil maneras: social, extrema, radical, centro-derecha, reformada, liberal... es la misma derecha de siempre. Jaime Balmes la describe a la perfección refiriéndose a los conservadores: "El partido conservador es conservador de la revolución".

La revolución que subvierte el orden cristiano, para hacer de cualquier cosa un arma contra la Cristiandad, incluso la figura de los santos o del mismo Cristo (adulterado). Y no podemos esperar otra cosa de un hijo de la revolución como es el nacionalismo. Es una visión estrecha, y que nada tiene que ver con la Santa Tradición católica de occidente y el amor y deber por la Patria propia, sino es la tradición anti-católica que quiere hacer de la Nación el fin. El nuevo dios a quien sacrificar y utilizando cualquier cosa buena para servir a esta nueva religión.

Y aunque parezcan que son nuestros aliados en la lucha porque hablan de Santiago apóstol o hacen referencia a tal o cual caballero cristiano u otro santo, no dejan de estar al otro lado de la muralla, con ese monstruoso sistema que no es otra cosa que una Anti-cristiandad.

Por un verdadero patriotismo católico, por el Reinado Social de Cristo, por la Santa Iglesia de Dios,

Sancte Iacobe Zebedei, ora pro nobis, ora pro regnum omnium Hispaniarum et Indiarum

lunes, 13 de julio de 2009

Condenados por apoyar a los enemigos de la Iglesia


La Iglesia vasca, una vez más, condena la violencia venga de donde venga. Que yo sepa, la violencia en el País Vasco sólo viene de un lugar hasta ahora apoyado por curas proetarras que escandalizan a los católicos.

A pesar de ello, los obispos nacionalistas piden perdón por el silencio de la Iglesia ante el fusilamiento de 14 religiosos que durante la Guerra Civil fueron condenados por sus actos políticos a favor del bando enemigo de la Iglesia. Algo lamentable, pero previsible cuando siendo sacerdote se antepone una ideología política a la defensa de la fe y la patria.

Murieron ejecutados en un acto de guerra, y no por el simple hecho de ser sacerdotes, como ocurrió en el caso de los cientos de mártires asesinados por los rojos, estos sí, testigos de la fe.

domingo, 12 de julio de 2009

Quien es Sancho


En este tiempo solicitó Don Quijote a un labrador vecino suyo, hombre de bien (si es que ese título se puede dar al que es pobre), pero de muy poca sal en la mollera. En resolución, tanto le dijo, tanto le persuadió y prometió, que el pobre villano se determinó de salir con él y servirle de escudero.
Decíale entre otras cosas Don Quijote, que se dispusiese a ir con él de buena gana, porque tal vez le podía suceder aventura que ganase en quítame allá esas pajas, alguna ínsula, y le dejase a él por gobernador de ella. Con estas promesas y otras tales, Sancho Panza (que así se llamaba el labrador) dejó su mujer e hijos, y asentó por escudero de su vecino. Dió luego Don Quijote orden en buscar dineros; y vendiendo una cosa, y empeñando otra, y malbaratándolas todas, allegó una razonable cantidad. Acomodóse asimismo de una rodela que pidió prestada a un su amigo, y pertrechando a su rota celada lo mejor que pudo, avisó a su escudero Sancho del día y la hora que pensaba ponerse en camino, para que él se acomodase de lo que viese que más le era menester; sobre todo, le encargó que llevase alforjas. El dijo que sí llevaría, y que asimismo pensaba llevar un asno que tenía muy bueno, porque él no estaba ducho a andar mucho a pie.
En lo del asno reparó un poco Don Quijote, imaginando si se le acordaba si algún caballero andante había traido escudero caballero asnalmente; pero nunca le vino alguno a la memoria; mas con todo esto, determinó que le llevase, con presupuesto de acomodarle de más honrada caballería en habiendo ocasión para ello, quitándole el caballo al primer descortés caballero que topase. Proveyóse de camisas y de las demás cosas que él pudo, conforme al consejo que el ventero le había dado.

Todo lo cual hecho y cumplido, sin despedirse Panza de sus hijos y mujer, ni Don Quijote de su ama y sobrina, una noche se salieron del lugar sin que persona los viese, en la cual caminaron tanto, que al amanecer se tuvieron por seguros de que no los hallarían aunque les buscasen. Iba Sancho Panza sobre su jumento como un patriarca, con sus alforjas y su bota, y con mucho deseo de verse ya gobernador de la ínsula que su amo le había prometido.
Acertó Don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había antes tomado en su primer viaje, que fue por el Campo de Montiel, por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada, porque por ser la hora de lamañana y herirles a soslayo los rayos del sol, no les fatigaban. Dijo en esto Sancho Panza a su amo: mire vuestra merced, señor caballero andante, que no se le olvide lo que de la ínsula me tiene prometido, que yo la sabré gobernar por grande que sea. A lo cual le respondió Don Quijote: has de saber, amigo Sancho Panza, que fue costumbre muy usada de los caballeros andantes antiguos hacer gobernadores a sus escuderos de las ínsulas o reinos que ganaban; y yo tengo determinado de que por mí no falte tan agradecida usanza; antes pienso aventajarme en ella, porque ellos algunas veces, y quizá las más, esperaban a que sus escuderos fuesen viejos, y ya después de hartos de servir, y de llevar malos días y peores noches, les daban algún título de conde; o por lo menos de marqués de algún valle o provincia de poco más o menos; pero si tú vives y yo vivo, bien podría ser que antes de seis días ganase yo tal reino, que tuviese otros a él adherentes, que viniesen de molde para coronarte por rey de uno de ellos. Y no lo tengas a mucho, que cosas y casos acontecen a los tales caballeros, por modos tan nunca vistos ni pensados, que con facilidad te podría dar aún más de lo que te prometo. De esa manera, respondió Sancho Panza, si yo fuese rey por algún milagro de los que vuestra merced dice, por lo menos Juana Gutiérrez, mi oislo, vendría a ser reina y mis hijos infantes. ¿Pues quién lo duda? respondión Don Quijote. Yo lo dudo, respondió Sancho Panza, porque tengo para mí que aunque lloviese Dios reinos sobre la tierra, ninguno asentaría bien sobre la cabeza de Mari Gutiérrez. Sepa, señor, que no vale dos maravedís para reina; condesa le caerá mejor, y aún Dios y ayuda. Encomiéndalo tú a Dios, Sancho, respondió Don Quijote, que él le dará lo que más le conventa; pero no apoques tu ánimo tanto que te vengas a contentar con menos que con ser adelantado. No haré, señor mío, respondió Sancho, y más teniendo tan principal amo en vuestra merced, que me sabrá dar todo aquello que me esté bien y yo pueda llevar.