lunes, 28 de diciembre de 2009

Campaña Santos Inocentes


Hace varios días, en el blog eligelavida oi hablar de la campaña propuesta por la web infocatólica para que, en este día, se publiquen esquelas por los niños víctimas del aborto. El blog eligelavida proponía además que todos los blogueros nos unamos a esta campaña, publicando también una esquela por los inocentes, los más desvalidos, aquellos que, estando en el vientre de sus madres, el lugar que debiera ser el más seguro del mundo para ellos, se ven expuestos a la tortura y la muerte. Por ello, hoy subo esta esquela a mi blog. Para recordar, en este día de los Santos Inocentes, a los mártires del siglo XXI.

martes, 8 de diciembre de 2009

Niña de Dios



Por
Miguel de Cervantes Sahavedra

En Los Trabajos de Persiles y Sigismunda, L III



Niña de Dios, por nuestro bien nacida;

tierna, pero tan fuerte que la frente,

en soberbia maldad endurecida,

quebrantasteis de la infernal serpiente.

Brinco de Dios, de nuestra muerte vida,

pues vos fuistes el medio conveniente,

que redujo a pacífica concordia

de Dios y el hombre la mortal discordia.



La justicia y la paz hoy se han juntado

en vos, Virgen santísima, y con gusto

el dulce beso de la paz se han dado,

arra y señal del venidero Augusto.

Del claro amanecer, del sol sagrado,

sois la primera aurora; sois del justo

gloria; del pecador, firme esperanza;

de la borrasca antigua, la bonanza.



Sois la paloma que al eterno fuistes

llamada desde el cielo, sois la esposa

que al sacro Verbo limpia carne distes,

por quien de Adán la culpa fue dichosa;

sois el brazo de Dios, que detuvistes

de Abrahán la cuchilla rigurosa,

y para el sacrificio verdadero

nos distes el mansísimo Cordero.



Creced, hermosa planta, y dad el fruto

presto en sazón, por quien el alma espera

cambiar en ropa rozagante el luto

que la gran culpa le vistió primera.

De aquel inmenso y general tributo

la paga conveniente y verdadera

en vos se ha de fraguar: creed, Señora,

que sois universal remediadora.



Ya en las empíreas sacrosantas salas

el paraninfo alígero se apresta,

o casi mueve las doradas alas,

para venir con la embajada honesta:

que el olor de virtud que de ti exhalas,

Virgen bendita, sirve de recuesta

y apremio, a que se vea en ti muy presto

del gran poder de Dios echado el resto.

jueves, 3 de diciembre de 2009

¿La Verdad o "su verdad"?


He visto este montaje fotográfico en “eligelavida” y lo traigo porque me ha gustado especialmente. Se me antoja muy ilustrativo de lo que es este político. Un hombre que va por la vida de bueno, justo y amante de la libertad, pero que tiene las manos manchadas de sangre, como tantos otros.

Bono insiste en que es socialista a pesar de que se parece más a cualquier protagonista de la derecha burguesa. Su discurso es muy parecido al de Cospedal. Soy católica, repite ella con sorprendente insistencia, para después defender el mal menor del aborto. Exactamente lo mismo que Bono, que se crea una religión a su medida y se atreve a parafrasear nada menos que a Jesucristo, cambiando la frase y perdonando con la pachorra de quien se cree en posesión, no de la verdad, sino de “su gran verdad”, que no es lo mismo.



miércoles, 18 de noviembre de 2009

Pecadores Públicos y Excomulgados


No hay duda de que el Código Canónico, la Doctrina y el Magisterio han diferenciado entre quién, por razón del aborto, incurre en causa de excomunión y quién se encuentra en pecado mortal, y en consecuencia entre quién queda fuera de la iglesia y quién por su actitud se priva de poder recibir la Comunión.

La diferencia está en el grado de participación. Por un lado tenemos a quienes participan directamente en la práctica del aborto: son los que colaboran material (físicamente colaboran en la muerte del no nacido: médicos, clínicas, personal sanitario, la propia madre) y/o intelectualmente (induciendo o confundiendo el consentimiento: psicólogos, asistentes, incluso algunos autores hablan de los que “actúan” por omisión). Por otro a quienes participan indirectamente apoyándolo o sosteniéndolo con sus aptitudes. A este último grupo pertenecen quienes están dispuestos a votar a favor de una ley abortista; pero también aquellos que no cambian, pudiendo hacerlo o haberlo hecho, leyes como la vigente en España. A los primeros, a quienes participan directamente, les corresponde la pena de excomunión, mientras que los segundos, en su calidad de pecadores, se automarginan, en virtud de la libertad que Dios nos ha dado, de la Comunión.

El problema es cuando la actitud del pecador, que no del excomulgado, es pública y notoria. En estos casos cuál debe ser la reacción de la Iglesia, del sacerdote oficiante para evitar el escándalo. En punidad, como ha sucedido en otros países, a todos aquellos que con su voto apoyaran leyes abortistas, y si este apoyo fuera conocido, el sacerdote conocedor de ese posicionamiento, por Cristo, por él mismo, en beneficio de la comunidad católica y para evitar escándalo, deberá negarles la comunión. Esto puede resultar chocante, duro, radical, pero es lo que toca. Se puede decir más alto, pero no más claro. Se debe hacer sin humillación ni escarnio, con la mayor caridad cristiana, pero se debe hacer.

Es obvio que los sacerdotes no pueden preguntar a cada uno que se acerca a recibir al Señor cuál es su posicionamiento en esta materia. Ahora bien, si el que se acerca es reconocido por su posicionamiento público a favor del aborto y no se ha retractado en la misma forma, a mi entender y sin ánimo de querer criminalizar a nadie o imputar responsabilidades, el sacerdote, pese a lo incómodo, comprometido y violento de la situación, debería negarle la comunión. ¡Qué gran bien haría ese sacerdote, qué gran labor para Dios, cuántas vidas podría salvar esa actitud valiente y comprometida del sacerdote, cuántas conciencias se removerían!

Pero la Doctrina y el Magisterio no sólo se refieren, no sólo afectan, a quien apoye con su voto el aborto, o esté dispuesto a mantener leyes abortistas en vigor, sino también a quien lo financie o lo promocione, o lo que es peor, a quien no esté dispuesto a su abolición, si en sus manos estuviera tal posibilidad de hacerlo. Es por ello que la pregunta que nos asalta es: ¿cómo debería actuar el sacerdote a la hora de darles la Comunión ante aquellos políticos que, siendo conocida su actitud pública, firman conciertos con las clínicas abortistas, que distribuyen gratuitamente la píldora del día después, incluso a menores sin el consentimiento paterno, o que, cual fariseos, se azotan públicamente por la nueva ley, pero aceptan y se comprometen a mantener la actual? ¿Debería darle la Comunión o pedirle primero su reconciliación con Dios mediante el Sacramento de la Confesión? La respuesta no debiera dejar lugar a dudas, pero parece que a estas alturas sí existen y muchas.

Yo sé que la pregunta no es cómoda, que no es fácil de contestar. Es una pregunta de respuesta comprometida que quizás ponga en evidencia a muchos sacerdotes. Sin embargo yo me considero con derecho a obtener una respuesta clara de mis pastores. Entre otras razones porque, a la vista de los acontecimientos, mis hijos me demandan una contestación. La pregunta está en la calle: ¿Puede un político, que se autodenomina católico y que públicamente apoya la actual ley del aborto y se compromete a mantenerla, recibir el Sagrado Cuerpo de Cristo? ¿Puede un político, que con su voto apoye la nueva ley del aborto, recibir el Sagrado Cuerpo de Cristo? ¿Cuál es la diferencia entre ambos? ¿Qué les haría merecedores a unos o a otros de tan alto privilegio? No lo olvidemos, a quien provoca escándalo más le valdría colgarse una piedra de molino al cuello y arrojarse al mar.

Por último, no me vengan con preguntas espurias tipo: ¿Quién es usted para opinar? ¿Cómo se puede usted entrar en la conciencia de otro? Pues bien, lo hago porque amo mi Credo y no consiento el escándalo que puede minarlo; porque quiero que todo ser concebido nazca; porque lucho por una legislación acorde al orden natural y la moral objetiva y porque sólo con un pronunciamiento claro y riguroso, las conciencias de muchos se activarían y podríamos salvar la vida de muchos inocentes. Si esa actitud valiente, gallarda e incómoda, de un sacerdote cualquiera sirviera para que determinados políticos suspendieran sus conciertos con las clínicas abortistas o dejaran de distribuir la píldora del día después, aunque solo consiguiera salvar la vida de un único inocente, Bendito sea ese sacerdote.

Un artículo de Rafael López-Diéguez

sábado, 17 de octubre de 2009

sábado, 10 de octubre de 2009

Katyn, la película


He encontrado este interesantísimo artículo de Javier Paredes publicado en la web Infocatólica, sobre la película Katin. Lo traigo aquí como complemento de la entrada "Paracuellos y Katyn" que hice en agosto.

Ayer estuve en el estreno de la película de Katin. Fue tal la concurrencia del público que hubo que habilitar dos salas para que pudiéramos verla todos. Animo a verla y sugiero a los profesores de Historia de colegios e institutos que la vean y comenten con sus alumnos, porque si una imagen vale más que mil palabras, ver Katin puede equivaler a leer toda una colección de libros sobre el comunismo.

El drama y el ritmo de la película están perfectamente equilibrados para contar lo que fue la masacre y la losa de silencio y de mentira que sepultó aquellos acontecimientos. Los comunistas no podían tolerar dos cosas a los polacos: ni su patriotismo ni su catolicismo, y eso el director lo cuenta admirablemente. En una de las escenas los soldados del ejército soviético quitan una bandera polaca y la cortan por la mitad, separando la banda blanca de la roja, y vuelven a colocar en su sitio la bandera solo con la banda roja; en otras escenas se ve a los militares polacos con el rosario en las manos o confesándose. Vamos, que no es una película aconfesional y, cuando salimos de la sala, ya se ocupó de recordármelo un personaje, criticando la fotografía de la película y no se que otro detalle técnico. Ojalá me equivoque, pero mucho me temo que el sistema imperante en España va a seguir sepultando en el silencio lo ocurrido en Katin.

Allí me encontré también con esa gran persona y buen historiador que es José Luis Orella, amante de Polonia no podía faltar a la cita. Me presentó a un miembro de la embajada polaca, que se preguntaba en voz alta por el largo silencio sobre Katin. No pude menos de responderle:

- Yo le puedo contar lo de España. Mire usted, comencé a estudiar Historia en la Universidad Autónoma de Madrid en 1969, vivía entonces el general Franco. Pues el 80 % de mis profesores eran marxistas y nos enseñaban la misma ideología que tenían los verdugos que en Katin apretaron los gatillos contra las nucas de los oficiales polacos. No conozco a ninguno de ellos que haya pedido perdón por pervertir las mentes de los universitarios durante la década de las sesenta. Al día de hoy, muchos siguen predicando el materialismo histórico que sostiene que el motor de la historia no es la libertad sino la economía. Pues bien, unos lo camuflan de laicismos desde los púlpitos de la izquierda, y otros lo disfrazan de aconfesionalismo desde la tribunas de la derecha, perdón quise decir desde las tribunas centrorreformistas.

viernes, 2 de octubre de 2009

Para el PP el debate del aborto está zanjado


Ayer en el blog de eligelavida se hizo especial hincapié en la hipocresía del PP que lleva años siendo el partido más votado por los católicos españoles, para acabar siendo un partido inmoral y abortista. La desilusión de sus votantes es patente. Un día dicen defender la vida, y otro defienden el aborto. Hoy dicen que irán a la manifestación del 17 de octubre, y, al mismo tiempo, dan por zanjado el debate del aborto, entendiendo que España ya decidió hace muchos años y que la ley de despenalización del aborto es válida y debe dejarse como está. Mientras gobernaron, no hicieron nada por cambiarla y ahora son sus mayores defensores.

Aquí os dejo el post de eligelavida sobre el tema:

La secretaria general nacional del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, ha afirmado que en la polémica sobre la tramitación de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo "el debate no es aborto sí o aborto no, porque ese debate ya se libró y ya se pactó" en la sociedad española, y el resultado fue una ley "que se llama de despenalización del aborto en determinados supuestos”.

Cuándo se libró ese debate, no lo sé. El Partido Popular dice que va a recurrir la nueva Ley del aborto ante el Tribunal Constitucional por "inaceptable e inmoral". Exactamente lo mismo que hizo Alianza Popular después de que fuera aprobada la ley de despenalización del aborto en 1985. Eso fue antes de que el PP, que se atreve de acusar de inmorales a otros, se convirtiera en su mayor defensor.

Y qué curioso que estas declaraciones tienen lugar al tiempo que 30 diputados y senadores del PP, que no pestañearon cuando su partido aprobó la Píldora abortiva, la Píldora postcoital o la selección embrionaria preimplntacional, confirman su participación en la manifestación del 17-O… contra el aborto (¿?).

Hace tres días, una conocida bloguera decía en su blog que había escuchado a Dolores de Cospedal, número dos del PP a nivel nacional, decir emocionada, sí a la vida. Pues una vez más, comprobamos que ese 'sí a la vida', es un "sí" obsceno y farisáico; A ese "sí", hay que restarle 120.000 niños por año.

martes, 29 de septiembre de 2009

Diálogo entre Babieca y Rocinente


Soneto


B. ¿Cómo estáis, Rocinante tan delgado?



R. Porque nunca se come y se trabaja.



B. ¿Pues qué es de la cebada y de la paja?



R. No me deja mi amo ni un bocado.


B. Andad, señor, que estáis muy mal criado.

Pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.



R. Asno se es de la cuna a la mortaja.

¿Queréislo ver? Miradlo enamorado.


B. ¿Es necedad amar?



R. No es gran prudencia



B. Metafísico estáis.



R. Es que no como.



B. Quejáos del escudero.



R. No es bastante.

¿Cómo me he de dejar en mi dolencia, Si el amo y escudero, o mayordomo, Son tan rocines como Rocinante?


lunes, 14 de septiembre de 2009

Pío XII a los españoles: "Dios se ha dignado coronar el heroísmo cristiano de vuestra fe y caridad"


Hoy, decir que uno se alegra de que ganara quien ganó en la Guerra Civil, es políticamente incorrecto. Mientras el socialismo desbordante sigue con su hipócrita proselitismo, los católicos esconden la cabeza o miran para abajo avergonzados.

Simplemente para que sirva de recuerdo, más bien de auténtica memoria histórica, traigo aquí el mensaje que Su Santidad Pío XII envió a los españoles con motivo de la Victoria sobre el comunismo:



"Con inmenso gozo Nos dirigimos a vosotros, hijos queridísimos de la católica España, para expresaros nuestra paternal congratulación por el don de la paz y de la victoria con que Dios se ha dignado coronar el heroísmo cristiano de vuestra fe y caridad, probadas en tantos y tan generosos sufrimientos.
Anhelante y confiado esperaba nuestro predecesor, de santa memoria, esta paz providencial, fruto, sin duda, de aquella fecunda bendición que, en los albores mismos de la contienda, enviaba “a cuantos se habían propuesto la difícil y peligrosa tarea de defender y restaurar los derechos y el honor de Dios y de la religión”. Y Nos no dudamos de que esta paz ha de ser la misma que Él mismo entonces auguraba, “anuncio de un porvenir de tranquilidad en el orden y de honor en la prosperidad”.

Los designios de la Providencia, amadísimos hijos, se han vuelto a manifestar, una vez más, sobre la heroica España. La nación elegida por Dios como principal instrumento de evangelización del nuevo mundo y como baluarte inexpugnable de la fe católica, acaba de dar a los prosélitos del ateísmo materialista de nuestro siglo la prueba más excelsa de que por encima de todo están los valores eternos de la religión y del espíritu.

La propaganda tenaz y los esfuerzos constantes de los enemigos de Jesucristo parece que han querido hacer de España un experimento supremo de las fuerzas disolventes que tienen a su disposición repartidas por todo el mundo. Y aunque es verdad que el Omnipotente no ha permitido, por ahora, que lograran su intento, pero ha tolerado al menos algunos de sus terribles efectos, para que el mundo viera cómo la persecución religiosa, minando las bases mismas de la justicia y de la caridad, que son el amor de Dios y el respeto a su santa ley, puede arrastrar a la sociedad moderna a los abismos no sospechados de inicua destrucción y apasionada discordia.

Persuadido de esta verdad, el sano pueblo español, con las dos notas características de su nobilísimo espíritu, que son la generosidad y la franqueza, se alzó en defensa de los ideales de fe y civilización cristianas, profundamente arraigados en el suelo fecundo de España, y ayudado de Dios, “que no abandona a los que esperan de Él”, supo resistir el empuje de los que, engañados con los que creían un ideal humanitario de exaltación del humilde, en realidad no luchaban sino en provecho del ateísmo.

Este primordial significado de vuestra victoria Nos hace concebir las más halagüeñas esperanzas de que Dios, en su misericordia, se dignará conducir a España pro el seguro camino de su tradicional y católica grandeza, la cual ha de ser el norte que oriente a todos los españoles amantes de su religión y de su Patria en el esfuerzo de organizar la vida de la nación en perfecta consonancia con su nobilísima historia de fe, piedad y civilización católica.

Por esto exhortamos a los gobernantes y a los pastores de la católica España que iluminen la mente de los engañados mostrándoles con amor las raíces del materialismo y del laicismo, de donde han procedido sus errores y desdichas y de donde podrían retoñar nuevamente.

Proponedles los principios de justicia individual y social, sin los cuales la paz y prosperidad de las naciones, por poderosas que sean, no pueden subsistir. Y son los que se contienen en el Santo Evangelio y en la doctrina de la Iglesia.

No dudamos que así habrá de ser, y la garantía de nuestra firme esperanza son los nobilísimos y cristianos sentimientos de que han dado pruebas inequívocas el Jefe del Estado y tantos caballeros, sus fieles colaboradores, con la legal protección que han dispensado a los supremos intereses religiosos y sociales, conforme a las enseñanzas de la Sede Apostólica. La misma esperanza se funda, además, en el celo iluminado y abnegación de vuestros Obispos y sacerdotes, acrisolados por el dolor, y también en la fe, piedad y espíritu de sacrificio de que en horas terribles han dado heroica prueba las clases todas de la sociedad española.

Y ahora, ante el recuerdo de las ruinas acumuladas en la guerra civil más sangrienta que recuerda la historia de los tiempos modernos, Nos, con piadoso impulso, inclinamos, ante todo, nuestra frente a la santa memoria de los Obispos, sacerdotes, religiosos de uno y otro sexo y fieles de todas edades y condiciones que, en tan elevado número, han sellado con sangre su fe en Jesucristo y su amor a la religión católica. Maiorem hac dilectionem nemo habet. No hay mayor prueba de amor.

Reconocemos también nuestro deber de gratitud hacia todos aquellos que han sabido sacrificarse hasta el heroísmo en defensa de los derechos inalienables de Dios y de la religión, ya sea en los campos de batalla, ya también consagrados a los sublimes oficios de caridad cristiana en cárceles y hospitales…

¡Ea, pues, queridísimos hijos! Ya que el arco iris de la paz ha vuelto a resplandecer en el cielo de España, unámonos todos de corazón en un himno ferviente de acción de gracias al Dios de la paz y en una plegaria de perdón y misericordia para todos los que murieron, y a fin de que esta paz sea fecunda y duradera, con todo el fervor de nuestro corazón os exhortamos a “mantener la unión del espíritu en el vínculo de la paz”. Así, unidos y obedientes a vuestro venerable Episcopado, dedicaos con gozo y sin demora a la obra urgente de reconstrucción que Dios y la Patria esperan de vosotros.

En prenda de las copiosas gracias que os obtendrán la Virgen Inmaculada y el Apóstol Santiago, Patronos de España, y de todas las que os merecieron los grandes santos españoles, hacemos descender sobre vosotros, nuestros queridos hijos de la católica España, sobre el Jefe del Estado y su ilustre Gobierno, sobre el celante Episcopado y su abnegado clero, sobre los heroicos combatientes y sobre todos los fieles, nuestra bendición apostólica."

16 de Abril de 1939

martes, 18 de agosto de 2009

Paracuellos y Katyn

La historia de Katyn resulta tan parecida a la de Paracuellos que, en la situación política española actual, la exhibición de la película de Wajda despertará más de un fantasma poco deseado
Madrid, otoño de 1936.

Un militar sublevado detenido, con otros muchos, en la cárcel Modelo, escribe a su esposa pidiéndole un jersey. Varsovia, otoño de 1939: un oficial polaco recibe de su mujer un jersey. Madrid, 6 de noviembre de 1936: el oficial escribe a su familia un breve mensaje en un sello de correos: van a ser trasladados a Valencia. Varsovia, primavera de 1940: los militares detenidos en Kozielsk, Starobielsk y Ostaszkow reciben confiados la noticia de su liberación. Madrid, 7 de noviembre de 1936: los prisioneros suben a bordo de varias docenas de autobuses urbanos, que los conducen a Paracuellos del Jarama, donde son fusilados al borde de fosas comunes. Las “sacas” continúan, en la cárcel Modelo, Porlier, San Antón y Ventas, hasta comienzos de diciembre. Marzo-mayo de 1940: los oficiales polacos son conducidos a Katyn, Charkow, Miednoje y otros lugares y asesinados de un tiro en la nuca. Madrid, primavera de 1939: las familias se enteran, casi tres años después, de los asesinatos. Polonia, 1943: las familias de los oficiales oyen hablar por primera vez de la masacre, tres años después. Madrid: la esposa del oficial saca el sable que había mantenido oculto durante toda la guerra. Varsovia, 1945: la viuda de un general recibe de manos de su criada el sable de su marido. El número de personas asesinadas identificadas (sin identificar hay muchas más) en Paracuellos es de unas 4.200, en el bosque de Katyn, 4.421. La primera cifra no es definitiva, la segunda, sí.

España, 2009: los detalles referidos pertenecen a la historia familiar. Sobre Paracuellos existen media docena de libros. La misma Causa General no le dedica más de cuatro páginas (239 a 243 según la edición de 1944). Lo que es más llamativo: el libro de Félix Schlayer Matanzas en el Madrid republicano, publicado originalmente en Berlín en 1938 bajo el título Diplomat im roten Madrid, no fue traducido ni editado en español ni siquiera en la época de Franco, teniendo que esperar hasta el año 2006.

En Google académico se registran sólo 4 referencias de artículos sobre Paracuellos. Polonia, 2009: sobre las fosas de Katyn aparecen, en el mismo lugar, 2490 entradas. Los particulares sobre los oficiales polacos y sus familias han sido tomados de la película Katyn, de Andrzej Wajda, financiada por la televisión polaca y candidata al Oscar a la mejor película extranjera en 2008. Sobre el tema existe, aparte del noticiario alemán de 1943, un documental (Marcel Lozinski: Las katynski, 1990).

En España no existen películas ni documentales sobre Paracuellos. A la hora de escribir estas líneas (marzo de 2009), el film sobre Katyn no ha sido doblado al español ni se ha estrenado en salas comerciales, salvo dos pases: en una muestra de cine experimental (noviembre de 2008), y en una actividad de la Universidad CEU-San Pablo de Madrid (marzo de 2009). Por el contrario, Santiago Carrillo, antiguo Consejero de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid, considerado el último responsable vivo de las matanzas de Paracuellos recibía, en 2007, el doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma de Madrid. En unas declaraciones sobre la resolución del juez Garzón de exhumar las fosas de los represaliados por el franquismo (28 de octubre de 2008), confesaba que es "un error llevar la memoria histórica a depender de la resolución de los jueces" porque se corre el riesgo de que el proceso se convierta en "la carabina de Ambrosio y nos acabe saliendo el tiro por la culata". Evidentemente, la historia de Katyn resulta tan parecida a la de Paracuellos que, en la situación política española actual, la exhibición de la película de Wajda despertaría más de un fantasma poco deseado.

La evolución histórica y política ha terminado transformando, gracias a la varita mágica de la “memoria histórica”, una misma historia (en su versión española y polaca) en dos formas diametralmente opuestas de enfrentarse con el pasado. Pero no siempre fue así. Cuando la historia era aún memoria viva, la tragedia de Katyn se vivió en España como algo propio. Así lo atestiguan, al menos, los libros y la prensa. La tragedia se narra en El martirio de Polonia, de Sofía Casanova y Miguel Branicki (Madrid, Atlas, 1945) y en Por nuestra libertad y la vuestra, Polonia sigue luchando, de Jozef Lobodowski (Madrid, Editora Mundial, 1945). En cuanto a las crónicas periodísticas, baste evocar las publicadas en La Vanguardia y otros diarios nacionales el 30 de abril de 1943 por Ernesto Giménez Caballero, quien viajó a Katyn desde Berlín:

“Al encontrarme yo, español, ante esta fosa atroz, inmensa, nauseabunda, horrible, donde en estratos superpuestos se alinea destrozada la falange y flor del Ejército polaco, no puedo por menos de exclamar: ¿Katyn? ¡¡No!! ¡¡El Cuartel de la Montaña!! ¡¡Paracuellos del Jarama!! ¿Polacos? ¡¡Oh, no!! Son los nuestros. Los de la Casa de Campo... Los de la Cárcel Modelo... […] ¡¡Esto es Rusia!! ¡¡Al fin estoy en Rusia!! ¡¡Tantos años pugnando por ver Rusia, la desconocida!! Pero Rusia (Smolensko como Cuatro Caminos, Katyn como Paracuellos) ya la conocía. Y -lo que es peor- estaba -como tantos españoles- a punto de olvidarla”.

Olvidado por el paso del tiempo (no tanto, entonces), por la voluntad de superar el trauma de la guerra, por un proceso espontáneo de reconciliación nacional, o por los motivos que fueran, Paracuellos ni siquiera fue objeto de una investigación exhaustiva en la posguerra. Sólo así se explica que, frente a las cifras definitivas y la identidad concreta de las víctimas de Katyn, establecidas ya por los alemanes y las diferentes comisiones internacionales encargadas de la exhumación, nada se sepa de esos genéricos “varios millares” sin identificar al otro lado de la Terminal 4 de Barajas. En contraste, la bibliografía sobre Katyn comprende incluso las biografías de los asesinados. Cosa posible tanto por la metódica frialdad con que los soviéticos planificaron el crimen, como porque, buscando una rapidez industrial en las ejecuciones, y en la convicción de que jamás serían descubiertas, no se molestaron en despojar a las víctimas de su documentación y otros objetos personales (como cartas y diarios).

Es precisamente sobre la abundante documentación existente y publicada como Andrzej Wajda (hijo de uno de los oficiales asesinados en Katyn) ha realizado su film. El veterano director reconoce no pretender reconstruir “toda la verdad sobre aquel acontecimiento porque ésta ya ha sido descubierta tanto en su aspecto histórico como político”. Al contrario, prefiere centrarse en la historia de las personas concretas, con el fin de conmover al espectador. Las verdaderas protagonistas serían, así, las mujeres (esposas, hermanas, hijas), que esperan más allá de toda esperanza, y que, cuando alcanzan la certeza, bajo la ocupación soviética, ni siquiera pueden expresar su duelo.

A la maestría de Wajda se debe la sobriedad de la narración, la elección de pequeños detalles como los mencionados al principio (tan pequeños que resultan universales, por lo verdaderos). Junto al drama de los militares, presenta el de los profesores de la Universidad de Cracovia, detenidos en masa por los alemanes y deportados a un campo de concentración (otros -no lo cuanta la película- fueron ahorcados con sus propias corbatas). Y el de los supervivientes, obligados a mentir (y a mentirse) hasta la desesperación absoluta e incluso el suicidio. Tal es el caso de uno de los oficiales, que se salva más o menos casualmente de la matanza. Más bien menos, puesto que en 1945 aparece en el bando de los verdugos. ¿Por qué yo no?, será la pregunta sin respuesta. El pistoletazo resuena en medio del film, que fluye entre las historias de las familias antes y después de la matanza, las vicisitudes y vida cotidiana de los oficiales desde su detención (destacan los apuntes de fervor religioso), la actitud de los alemanes y la de los soviéticos. Sólo en los últimos minutos Wajda se dedica a presentar la masacre con una frialdad de forense, reconstruyendo al milímetro el tiro en la nuca y la fosa común, tal como se ve en los retazos del documental rodado por los alemanes y mostrados previamente a lo largo de la película. Frialdad de forense en la narración, frialdad de la matanza industrializada. No se precisan escenas melodramáticas, ni grandes efectos especiales, ni músicas, efectivamente, para impresionar al espectador.

“Dulce et decorum est pro patria mori”, reza la frase final del libro de Lobodowski mencionado al principio. Ante las últimas imágenes de la película, uno puede llegar a preguntarse si es así, si realmente es tan bello morir por la patria. En realidad, el distanciamiento y la frialdad de Wajda van dirigidas más bien al público polaco, imbuido de un patriotismo de origen romántico, que tiene sus raíces en Mickiewicz y su poema Dziady. Así, Polonia, Cristo entre las naciones, sufría una vez más la traición y la muerte, cumpliendo su trágico destino por la salvación de la Humanidad. Las palabras del general Anders ante las tumbas de los soldados polacos en Montecassino, y recogidas por Lobodowski (p. 301), están implícitas en la actitud de los oficiales de Katyn:

“Caídos por ser fieles al honor de su pueblo y por asegurar la libertad al mundo, según reza la leyenda que se ve en muchos de esos cementerios: «Por nuestra libertad y por la vuestra». Pues por salvar a la civilización de sus modernos enemigos, como antiguamente la salvaron de los tártaros y de los turcos, ha sido clavado en la cruz este pueblo mártir”. La adhesión a esta idea del destino trágico de Polonia puede explicar así el aparente fatalismo y la resignación de los militares, que en realidad se comportan como todo polaco debía de hacerlo: como un mártir dispuesto al sacrificio. El heroísmo, para ellos, consiste precisamente en eso. Significativamente, el único personaje que elige otro camino (la guerrilla en los bosques, es decir, el no-sacrificio) acaba muriendo prematuramente de forma absurda, sin cumplir su destino, pero uniéndose al de su pueblo. Al espectador español quizá le resulte clarificador, para entender Katyn, el saber que el cine polaco de los años 50 recoge la tensión entre el individuo y el carácter o destino trágico nacional. En su reciente y excelente libro (El cine de Andrej Munk. El carácter nacional y el individuo, Madrid, Asociación de Amigos del Cine Experimental de Madrid, 2008), César Ballester sitúa las raíces de Wajda precisamente en ese romanticismo (bien comprensible, por lo demás, dada su historia familiar).

Han tenido que pasar muchos años (toda una vida) para que el director pueda llevar a cabo su idea de hacer una película sobre Katyn. No sólo (es obvio) por los obstáculos existentes durante el periodo comunista, sino (creemos) porque es necesario un proceso de maduración personal para superar el arrebato sentimental y evitar la tentación melodramática, tan frecuente hoy en día incluso en quienes no se han visto, como él, tocados directamente por la tragedia.
Cabe preguntarse si el público español, olvidado (a pesar o gracias a las políticas oficiales) de sí mismo, privado de su propio pasado, sabrá ya identificarse con la historia como todavía hace el polaco, y como él mismo habría hecho en 1943. Si lo hace, no todo está perdido. Si no, vanos serían los temores y las censuras (políticas o comerciales) ante una película que, hasta el momento, es la mejor sobre Paracuellos: Katyn.


Milagrosa Romero
Publicado en ARBIL

domingo, 9 de agosto de 2009

Confía en el tiempo...


Dice mi amo don Quijote:

“Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”.

martes, 4 de agosto de 2009

Hoy, Indulgencia Plenaria


En el marco del Año Sacerdotal decretado por el Papa Benedicto XVI, hoy, martes 4 de agosto, día en que celebramos a san Juan María Vianney, los fieles católicos podrán obtener indulgencia plenaria.

Los sacerdotes podrán ganar la indulgencia plenaria si rezan con devoción al menos Laudes o Vísperas ante el Santísimo Sacramento, expuesto a la adoración pública o reservado en el sagrario, o bien que, a ejemplo de San Juan María Vianney, se ofrezcan con espíritu dispuesto y generoso a la celebración de los sacramentos, sobre todo la Penitencia.

Asimismo, los presbíteros podrán alcanzar indulgencia parcial cada vez que recen con devoción oraciones aprobadas para llevar una vida santa y cumplir santamente las tareas a ellos encomendadas.

Por su parte, los fieles podrán obtener la indulgencia plenaria siempre que "asistan con devoción al sacrificio divino de la misa y ofrezcan por los sacerdotes de la Iglesia oraciones a Jesucristo, sumo y eterno sacerdote, y cualquier obra buena realizada ese día, para que los santifique y los modele según su Corazón".

En tanto, a los impedidos por una causa legítima: enfermos, encarcelados, ancianos o minusválidos, monjes y monjas de clausura, etc., se les concede la indulgencia plenaria si con el espíritu desprendido de cualquier pecado y con la intención de cumplir, en cuanto les sea posible, las tres acostumbradas condiciones, en su casa o donde se encuentren a causa de su impedimento, en los días antes determinados rezan oraciones por la santificación de los sacerdotes, y ofrecen con confianza a Dios, por medio de María, Reina de los Apóstoles, sus enfermedades y las molestias de su vida.

Los requisitos, anteriores a los mencionados, para obtener la indulgencia plenaria, son: estar en gracia de Dios luego de haberse confesado, recibir la Comunión, rezar por las intenciones del Papa y renunciar a todo tipo de apego al pecado.

sábado, 1 de agosto de 2009

¡Viva la Guardia Civil!


Hace cincuenta años comenzaron los terribles atentados de ETA. La banda, cobarde como siempre, ha logrado sobrevivir. Antes de la transición, respiramos esperanza. Ahora, con la debilidad de nuestro sistema político, sólo tenemos razones para ser pesimistas.

Hace poco, los obispos nacionalistas pidieron perdón por el silencio de la Iglesia ante el fusilamiento de 14 religiosos que durante la Guerra Civil. Estos religiosos fueron condenados por sus actos políticos a favor del bando enemigo de la Iglesia. No murieron mártires. Sin embargo, los obispos se sintieron en la obligación de pedir perdón.

Los agentes de la Guardia Civil asesinados hace dos días, murieron mientras realizaban su trabajo, proteger la vida de sus semejantes. Esperemos que los políticos vascos, los obispos vascos, los ciudadanos vascos, sepan valorar la labor de estos hombres, cuyas familias también estuvieron en peligro el día anterior en Burgos, y sean solidarios con las víctimas, no sólo de boquilla, sino actuando con contundencia. Lo menos que espero de los obispos nacionalistas, es que pidan perdón por el silencio de la Iglesia vasca durante tantos años.

¡Viva la Guardia Civil!

martes, 28 de julio de 2009

Patriotismo


Muchos patriotas de toda la vida reniegan de esta España floja y amariconada, que cede sus valores y vende su primogenitura por un plato de lentejas. Tal como están las cosas, es fácil despotricar de la tierra que te vio nacer, incluso maldicen de ella.

Es comprensible. Pero no olvidemos que los patriotas somos los que amamos la España histórica, la que fue y la que deseamos que sea. Aquella en la que reine la justicia y la libertad auténtica. Aquella en la que se respete la vida y la dignidad de las personas.

El utilitarismo que sufrimos hoy en día, el separatismo que se potencia en nuestras tierras, el desprecio por la vida y la decadencia social nos hacen a veces renegar de aquello que más amamos. Sin embargo, como dice P. López, “ni siquiera una situación de enfermedad, decadencia o envilecimiento de la Patria debe menoscabar el patriotismo. Al contrario; en la prueba del dolor del hijo se prueba, a su vez, el auténtico amor de la madre. En una época, como la actual, en que la Patria sufre en su alma y en su cuerpo, los patriotas están obligados a poner en juego su virtud”.

jueves, 23 de julio de 2009

La profanación de la memoria a Santiago Apóstol, Patrón de España


Un interesante artículo publicado en In diebus illis:

Y no me refiero al gesto de asombro con el que posa nuestro amigo "el de la pipa", aquí a la izquierda retratado, mas acompaña a la perfección el tema de la entrada. Expongo la manipulación de la figura de Santiago hijo de Zebedeo, apóstol de Jesucristo por los siglos de los siglos.

Se festejarán este viernes y sábado unos actos, llamémoslos así, para celebrar la memoria de Santiago apóstol. Hasta aquí, bien, pero si ven el enlace, estos actos se parecen mucho aquellos que dicen: Celebremos y busquemos al Jesús histórico frente al Jesús de la Fe, por ejemplo. Pues en este tema tres cuartos de lo mismo, separar a Santiago apóstol, patrón de España, de ese Santiago matamoros que al parecer sería más facha que Don Pelayo, y que se avenía para echar un capote a los pobres españoles (que ¡oh, casulidad! eran cristianos) frente al apostól de España, al evangelizador, a ese hombre con la plenitud del sacerdocio, a ese mártir de Cristo. Santiago miembro eterno de la Iglesia triunfante.

Homenajear a Santiago con música gallega y celta y no con la Santa Misa como sería lo más coherente. Ya que estamos, ¿y por qué no con musica judía? Él era judío ¿o música romana? Él fue un testigo de Cristo bajo el Imperio Romano. Pues no, celta (que supongo yo que los druidas de Astérix y Obélix dejarían por escrito para interpretar una música auténticamente celta). Y gallega, supongo que es porque su cuerpo espera a que sea despertado en Santiago de Compostela, capital del Reino de Galicia.

Se quiere hacer un festejo a Santiago pagano, no cristiano. Fruto coherente de la derecha, por muy nueva que sea esta derecha y se apode de mil maneras: social, extrema, radical, centro-derecha, reformada, liberal... es la misma derecha de siempre. Jaime Balmes la describe a la perfección refiriéndose a los conservadores: "El partido conservador es conservador de la revolución".

La revolución que subvierte el orden cristiano, para hacer de cualquier cosa un arma contra la Cristiandad, incluso la figura de los santos o del mismo Cristo (adulterado). Y no podemos esperar otra cosa de un hijo de la revolución como es el nacionalismo. Es una visión estrecha, y que nada tiene que ver con la Santa Tradición católica de occidente y el amor y deber por la Patria propia, sino es la tradición anti-católica que quiere hacer de la Nación el fin. El nuevo dios a quien sacrificar y utilizando cualquier cosa buena para servir a esta nueva religión.

Y aunque parezcan que son nuestros aliados en la lucha porque hablan de Santiago apóstol o hacen referencia a tal o cual caballero cristiano u otro santo, no dejan de estar al otro lado de la muralla, con ese monstruoso sistema que no es otra cosa que una Anti-cristiandad.

Por un verdadero patriotismo católico, por el Reinado Social de Cristo, por la Santa Iglesia de Dios,

Sancte Iacobe Zebedei, ora pro nobis, ora pro regnum omnium Hispaniarum et Indiarum

lunes, 13 de julio de 2009

Condenados por apoyar a los enemigos de la Iglesia


La Iglesia vasca, una vez más, condena la violencia venga de donde venga. Que yo sepa, la violencia en el País Vasco sólo viene de un lugar hasta ahora apoyado por curas proetarras que escandalizan a los católicos.

A pesar de ello, los obispos nacionalistas piden perdón por el silencio de la Iglesia ante el fusilamiento de 14 religiosos que durante la Guerra Civil fueron condenados por sus actos políticos a favor del bando enemigo de la Iglesia. Algo lamentable, pero previsible cuando siendo sacerdote se antepone una ideología política a la defensa de la fe y la patria.

Murieron ejecutados en un acto de guerra, y no por el simple hecho de ser sacerdotes, como ocurrió en el caso de los cientos de mártires asesinados por los rojos, estos sí, testigos de la fe.

domingo, 12 de julio de 2009

Quien es Sancho


En este tiempo solicitó Don Quijote a un labrador vecino suyo, hombre de bien (si es que ese título se puede dar al que es pobre), pero de muy poca sal en la mollera. En resolución, tanto le dijo, tanto le persuadió y prometió, que el pobre villano se determinó de salir con él y servirle de escudero.
Decíale entre otras cosas Don Quijote, que se dispusiese a ir con él de buena gana, porque tal vez le podía suceder aventura que ganase en quítame allá esas pajas, alguna ínsula, y le dejase a él por gobernador de ella. Con estas promesas y otras tales, Sancho Panza (que así se llamaba el labrador) dejó su mujer e hijos, y asentó por escudero de su vecino. Dió luego Don Quijote orden en buscar dineros; y vendiendo una cosa, y empeñando otra, y malbaratándolas todas, allegó una razonable cantidad. Acomodóse asimismo de una rodela que pidió prestada a un su amigo, y pertrechando a su rota celada lo mejor que pudo, avisó a su escudero Sancho del día y la hora que pensaba ponerse en camino, para que él se acomodase de lo que viese que más le era menester; sobre todo, le encargó que llevase alforjas. El dijo que sí llevaría, y que asimismo pensaba llevar un asno que tenía muy bueno, porque él no estaba ducho a andar mucho a pie.
En lo del asno reparó un poco Don Quijote, imaginando si se le acordaba si algún caballero andante había traido escudero caballero asnalmente; pero nunca le vino alguno a la memoria; mas con todo esto, determinó que le llevase, con presupuesto de acomodarle de más honrada caballería en habiendo ocasión para ello, quitándole el caballo al primer descortés caballero que topase. Proveyóse de camisas y de las demás cosas que él pudo, conforme al consejo que el ventero le había dado.

Todo lo cual hecho y cumplido, sin despedirse Panza de sus hijos y mujer, ni Don Quijote de su ama y sobrina, una noche se salieron del lugar sin que persona los viese, en la cual caminaron tanto, que al amanecer se tuvieron por seguros de que no los hallarían aunque les buscasen. Iba Sancho Panza sobre su jumento como un patriarca, con sus alforjas y su bota, y con mucho deseo de verse ya gobernador de la ínsula que su amo le había prometido.
Acertó Don Quijote a tomar la misma derrota y camino que el que él había antes tomado en su primer viaje, que fue por el Campo de Montiel, por el cual caminaba con menos pesadumbre que la vez pasada, porque por ser la hora de lamañana y herirles a soslayo los rayos del sol, no les fatigaban. Dijo en esto Sancho Panza a su amo: mire vuestra merced, señor caballero andante, que no se le olvide lo que de la ínsula me tiene prometido, que yo la sabré gobernar por grande que sea. A lo cual le respondió Don Quijote: has de saber, amigo Sancho Panza, que fue costumbre muy usada de los caballeros andantes antiguos hacer gobernadores a sus escuderos de las ínsulas o reinos que ganaban; y yo tengo determinado de que por mí no falte tan agradecida usanza; antes pienso aventajarme en ella, porque ellos algunas veces, y quizá las más, esperaban a que sus escuderos fuesen viejos, y ya después de hartos de servir, y de llevar malos días y peores noches, les daban algún título de conde; o por lo menos de marqués de algún valle o provincia de poco más o menos; pero si tú vives y yo vivo, bien podría ser que antes de seis días ganase yo tal reino, que tuviese otros a él adherentes, que viniesen de molde para coronarte por rey de uno de ellos. Y no lo tengas a mucho, que cosas y casos acontecen a los tales caballeros, por modos tan nunca vistos ni pensados, que con facilidad te podría dar aún más de lo que te prometo. De esa manera, respondió Sancho Panza, si yo fuese rey por algún milagro de los que vuestra merced dice, por lo menos Juana Gutiérrez, mi oislo, vendría a ser reina y mis hijos infantes. ¿Pues quién lo duda? respondión Don Quijote. Yo lo dudo, respondió Sancho Panza, porque tengo para mí que aunque lloviese Dios reinos sobre la tierra, ninguno asentaría bien sobre la cabeza de Mari Gutiérrez. Sepa, señor, que no vale dos maravedís para reina; condesa le caerá mejor, y aún Dios y ayuda. Encomiéndalo tú a Dios, Sancho, respondió Don Quijote, que él le dará lo que más le conventa; pero no apoques tu ánimo tanto que te vengas a contentar con menos que con ser adelantado. No haré, señor mío, respondió Sancho, y más teniendo tan principal amo en vuestra merced, que me sabrá dar todo aquello que me esté bien y yo pueda llevar.